Patterns of Creation: Energy dynamics and morphic fields “string flux 6” © minghao xu

innerwise - The energy field

Sé el creador de tu realidad
El campo de energía

Nuestra realidad es como una masa para bizcocho. Siempre toma la forma del molde en el que está horneada. El molde de nuestra realidad es nuestro campo de energía.
Y el campo siempre gana – es sólo una cuestión de tiempo.

Si tu campo de energía se parece a un coche aplastado, verdaderamente debes de haber pasado una época mala. Queda muy poco espacio en el que desarrollarse, así que tu realidad necesita ser como la de un contorsionista.

Realmente es una pena que se tenga que gastar tanto esfuerzo cuando las cosas podrían ser totalmente diferentes.

Con innerwise limpiamos el campo energético de limitaciones, bloqueos, normas restrictivas, modelos y deformaciones causados por el trauma.

Entonces, las personas, los animales, los sistemas y los espacios dedicados a vivienda y trabajo pueden volver a estar sanos otra vez y existir íntegramente; y la realidad puede desarrollarse de la manera más exuberante y más bella.

¿Te gustaría un ejemplo más realista y concreto? Nosotros, los seres humanos, vivimos con frecuencia en una prisión que nosotros mismos hemos construido. Nos hemos acostumbrado a la obscuridad, a un mal lugar para dormir, a una pésima alimentación y a las limitaciones. Para nosotros eso es lo normal, ya que todo el mundo lo acepta, y no conocemos nada mejor.

Con innerwise abrimos con una explosión un gran boquete en nuestra prisión y se nos abre una panorámica de praderas en flor, playas, estrellas fugaces, comida deliciosa y mucha luz y bienestar.

Así pues, todos podemos decidir por nosotros mismos si volvemos a nuestra celda obscura o, en cambio, encontramos el valor de salir fuera y tomar la responsabilidad de nuestra propia vida. Es un poco como la historia del “paraíso perdido”, sólo que al revés – el paraíso recuperado.

Intenta ésto, ¡es un ejercicio precioso!

Date un paseo por la tarde por una calle de viviendas unifamiliares. Párate delante de una de ellas, cierra los ojos y sintoniza contigo mismo: siente tu postura, tu respiración, tu campo energético, tus emociones y el aspecto de tu cara.
Ahora imagínate que vives en esa casa durante tres años y obsérvate de nuevo. Ve a la siguiente casa y repite el ejercicio.
Esto te ayuda a conocer a tus vecinos, ya que la gente que vive en esas casas no se sienten de manera diferente a cómo tú lo sientes dentro de ti.