Yo soy tu síntoma
Tengo muchos nombres: dolor de rodilla, grano, dolor de estómago, reumatismo, asma, mucosidad, depresión, migraña, hemorroides, y la lista sigue y sigue.
Me he ofrecido como voluntario para el peor trabajo posible: ser el portador de noticias poco gratas.
Nadie me comprende. Todos piensan que quiero fastidiarles, entorpecerles, hacerles daño o limitarles. Todo ello es un completo disparate.
Yo simplemente intento hablar con ellos en un lenguaje que comprenden.
¿Irías a negociar con los bárbaros a sus puertas con una flor en la mano y una camiseta con “Paz” en la espalda?
Pero la mayoría de la gente no me comprende. Me golpean con un mazo, el más grande que puedan encontrar.
“¡Cállate!”, dicen, y “¿Te vas a estar tranquilo?” Eso es lo que tengo que escuchar una y otra vez. Después me engañan con fármacos: píldoras para dormir o antidepresivos. Intentan tapar y sellar mi boca cerrada. Algunas personas pueden ser realmente creativas con sus reacciones.
Mientras tanto, todo lo que yo quiero es lo mejor para ellas.
Imagínate que soy la sirena de alarma del Titanic avisando que hay un iceberg . . . y todos simplemente se quejan de que les estoy desvelando.
¿Aclara esto algo?
Tú crees que yo soy “LA ENFERMEDAD”. Absurdo. ¿Sabes lo que es realmente LA ENFERMEDAD? Eres tú y tu forma de vida.
Esto debe ser como un golpetazo, lo sé. Está bien si te sientes ahora mismo un poco disgustado. Puedo manejar tus procesos bastante bien. De hecho, es parte de mi trabajo. La buena noticia es que depende de ti no necesitarme ya más.
Cuando me introduzco en tu vida, lo que deberías hacer es contener tu reacción de ira y preguntarte a ti mismo: “¿Qué es lo que me está diciendo? ¿Por qué estoy teniendo esto ahora? ¿Qué tengo que cambiar para no necesitarlo más?”
Si dejas el trabajo sólo a tu mente, la respuesta no te llevará más allá de lo que lo ha hecho años atrás. Sin embargo, si preguntas a tu subconsciente, a tu corazón, y además utilizas el test de longitud del brazo, obtendrás respuestas muy claras que verdaderamente te ayudarán a continuar adelante.
Y si tienes cuidado en mantenerte equilibrado, puedes acortar muchas de mis visitas o arreglarte sin ellas.
¡Échame del trabajo! ¿O todavía piensas que realmente me gusta este tipo de trabajo?
Extracto del libro “Un Curso de Sanación” de Uwe Albrecht.